¿Quiénes somos?

El establecimiento educativo capacita, forma e instruye a los jóvenes cadetes de la Armada Argentina otorgándoles valores inquebrantables que abrazan la vocación de ser marino. La Escuela Naval Militar toma vida y perdura en el tiempo gracias a estos jóvenes, quienes viven cuatro años en ella, adoptándola como su segundo hogar.

El quinto año de su formación lo completan como Guardiamarinas en Comisión a bordo del Buque Escuela Fragata A.R.A “Libertad” con el objetivo de completar su práctica profesional y representar a la Argentina en otros países mediante un mensaje de paz, fraternidad y amistad.

Durante su carrera toman clases teórico-prácticas vinculadas al ámbito naval y al desarrollo de actividades deportivas que contribuyen a una completa formación física. Además, los cadetes embarcan en unidades navales y participan de diferentes adiestramientos para formarse en las actividades del quehacer naval.

La enseñanza del arte de navegar son algunos de los pilares en la formación de los hombres y mujeres que ingresan a la Escuela Naval Militar con una profunda vocación de servir a la Patria y custodiar los intereses marítimos argentinos en y desde el mar.

Cadetes

Misión

Formar a los futuros oficiales de la Armada en la conducción de personal, la administración y el empleo de sistemas navales a fin de prepararlos para desempeñarse en el ejercicio de las funciones y responsabilidades correspondientes a su competencia y contribuir a la defensa de los intereses nacionales en el mar.

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Reseña Histórica

En 1870 el destacado oficial argentino, Clodomiro Urtubey y el Comandante del vapor “Pampa”, Sargento Mayor Erasmo Obligado, tuvieron una reunión de camaradería que concluyó en la necesidad de constituir una escuela que diera a los futuros oficiales de Marina instrucción teórica y práctica.

En este sentido, el Presidente Domingo Faustino Sarmiento había creado en 1869 el Colegio Militar y en 1872 se sancionó la Ley de Armamento que preveía incorporar nuevas unidades de guerra; estas medidas, sumadas a la experiencia de la Guerra de la Triple Alianza, derivaron en la Ley 568 del 5 de octubre de 1872, que establecía la fundación de la Escuela Naval a bordo del vapor “General Brown”. Su primer Director fue el Sargento Mayor de la Marina Clodomiro Urtubey.

La ESNM transitó por diferentes buques como asiento para la instrucción de los cadetes: el vapor “Coronel Espora”, “General Brown”, la cañonera “Uruguay” hasta que pasó a desempeñar la totalidad de sus tareas en tierra de la Capital Federal. Esto impuso la adopción de un nuevo reglamento interno y un plan de estudios más completo.

El Teniente Beuf, quien encabezaba la dirección, se destacó por aplicar normas modernas de enseñanza, tanto teóricas como prácticas; la reducción de los años de estudio; y la división de los cadetes en estudios preparativos y profesionales. A principios de 1888, la Escuela se trasladó al pueblo de Diamante en Entre Ríos, teniendo su asiento en la corbeta “Chacabuco” –ex vapor “General Brown”.

En 1893 regresó a Buenos Aires, al barrio porteño de Palermo, en la histórica residencia del Gobernador Juan Manuel de Rosas; y en 1899 se mudó al barrio de Caballito por una década hasta su asiento en Río Santiago.

La ESNM logró organizarse de la mano del Director, Capitán de Navío Manuel José García Mansilla, contando con un laboratorio de química, gabinete de física, departamento de máquinas, sala de torpedos, batería de cañones, entre otras instalaciones. Además, reformó su reglamento orgánico y plan de estudio adaptado a las actualizaciones de la vida naval.

Finalmente, en 1937 se sancionó la Ley que autorizó la construcción del edificio que actualmente ocupa por lo que se colocó un año después la piedra fundamental.

Espíritu de cuerpo

Una característica esencial de la institución es el trabajo en equipo, la unión y el respeto de cada joven que ingresa a las filas de la Armada Argentina. El sentido de pertenencia define al Cuerpo de Cadetes que desde el comienzo desarrollan y consolidan una cultura fundada en el compañerismo y la motivación.

El Espíritu de Cuerpo es un conjunto de ideales, tradiciones y actitudes que forman y consolidan aquellos que abrazan la profesión militar. Con el correr de los años, los valores y virtudes, se mantienen vivos en cada Promoción de la Escuela Naval Militar.